Este pequeño pueblo lenca se encuentra a solo 16 kilómetros de Gracias y es famoso por varias razones. Primero, por la extraordinaria alfarería que producen las artesanas de la comunidad y que atrae a cientos de compradores de toda Centroamérica.

 

En segundo lugar, su iglesia dedicada a San Matías, es una de las edificaciones religiosas coloniales más bellas de toda Honduras. Precisamente es el centro de atención de los viajeros durante la feria patronal que se celebra entre el 22 y 24 de febrero, que para muchos es la fiesta religiosa más grande y llamativa de todo el occidente del país. La ermita que se encuentra en la entrada del pueblo también tiene su encanto.

 

La Campa es un destino ideal para conocer la Honduras de tierra adentro y una parada obligatoria en su visita a Gracias. Lo llamativo de los textiles lenca, la alfarería, el clima frío y sus pocas calles le dan ese encanto que solo los pueblos pequeños tienen.

 

Aunque la distancia que lo separa de la ciudad de Gracias es corta, conviene recorrerla en un vehículo de doble tracción, especialmente durante la temporada de lluvia.

 

Si carece de automóvil, no debe preocuparse. Existe una ruta de buses muy económica que hace el recorrido entre los dos poblados.