San Pedro de Puerto Caballos fue fundado por don Pedro de Alvarado el 27 de junio 1536, aunque no se sabe con exactitud cuándo cambió su nombre a San Pedro Sula. La ciudad conserva el antiguo sistema español de organización y está dividida en cuatro cuadrantes: noroeste, noreste, suroeste y sureste. Las calles corren de este a oeste y las avenidas de norte a sur. Todas están numeradas y existe un muy buen señalamiento vial.

Para que no se confunda, el viajero debe saber que los locales acortan el nombre de la ciudad en un práctico “San Pedro”. Y eso no es de extrañar porque si algo tiene esta ciudad es el sentido práctico, quizá por su orientación empresarial e industrial desde tiempos antiguos. Está comprobado por los historiadores que desde antes del Descubrimiento, comerciantes indígenas de Yucatán y el Caribe solían acudir al Valle de Sula para adquirir cacao, plumas de quetzal y cerámica.

La ciudad comenzó a construir su actual riqueza a finales del siglo XIX y principios del XX, con la llegada de las transnacionales bananeras. Con ellas llegaron oleadas sucesivas de norteamericanos, libaneses, sirios (la mayoría viajaba con pasaporte turco), ingleses, alemanes e italianos. Para las primeras décadas del siglo XX, la ciudad creció a ritmo vertiginoso con sus nuevas fábricas y el apoyo del ferrocarril. El trabajo era duro, el calor insoportable y la malaria una compañera constante. A cambio, la ciudad recibía productos e influencias culturales de los mercados norteamericanos y europeos, por lo que el dinero siempre estaba presente. Con excepción de la malaria, el resto no ha cambiado.

Por estar ubicada en el Valle de Sula, uno de los valles más fértiles del país, la actividad agrícola y la ganadería han sido puntas de lanza de su fortaleza económica. Otra de las ventajas de que goza es el hecho de estar a solo 55 km de Puerto Cortés, el principal puerto marítimo de Honduras y de toda Centroamérica. Esto ha sido vital en el desarrollo de la industria de la maquila, el segundo rubro más importante en la generación de ingresos de Honduras.

A la ciudad se han sumado poblaciones más pequeñas como Choloma, Villanueva o El Progreso para crear un macro cinturón de industria y comercio. El eje económico más importante de Honduras.

Basada en su riqueza, San Pedro Sula recibe el sobrenombre de “La Capital Industrial” del país. La ciudad posee restaurantes y hoteles creados para atender a una enorme población de hombres y mujeres de negocios que la visitan constantemente.

Otra de las grandes ventajas es su cercanía con los principales destinos turísticos del occidente y el litoral atlántico del país. Gracias a su moderno aeropuerto y excelentes carreteras, la ciudad se ha convertido en el principal punto de arribo de los viajeros internacionales que llegan a Honduras en busca del buceo y snorkel en las Islas de la Bahía (Roatán, Utila y Guanaja), los bosques tropicales húmedos de Tela, La Ceiba y La Mosquitia o las Ruinas de Copán.

San Pedro Sula posee la fama de tener uno de los climas más calurosos y húmedos de Honduras; sus temperaturas a lo largo de febrero a agosto oscilan entre los 34 y 37 grados centígrados (sin embargo, no le extrañe que entre marzo y mayo, el punto más álgido del verano, las temperaturas alcancen los 40 grados centígrados). Así que piense en ropas ligeras porque esta ciudad siempre verde lo recibirá con mucho calor.

El invierno comienza en mayo y las lluvias reducirán bastante las altas temperaturas. Pero será hasta septiembre y octubre, época de huracanes, cuando el calor se reduzca. Noviembre, diciembre y enero son meses agradables y es posible que en algún momento tenga que usar un suéter por los vientos fríos provenientes del norte.