Comayagua se ha convertido en uno de los representantes más importantes de la cultura hondureña, tanto en su herencia colonial presente en la arquitectura y en el impulso artístico que está recibiendo por las nuevas generaciones. Ese es el caso del pueblo de Ajuterique. Sus artistas, que llenan las calles de colores vivos

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El muralista Ney Fernández, originario de Ajuterique, decidió iniciar en el mundo artístico por influencia de su madre. Ella lo impulsó a realizar las labores manuales en vez de dejarlo todo a las computadoras. Así nació su pasión por el dibujo.

“Desde pequeño iba desarrollando estas habilidades y tuve la oportunidad de estudiar en Guatemala un diplomado en artes plásticas”, relató el pintor a Honduras Tips. Todo ese talento le sería de gran ayuda para poner su marca en las calles y paredes de su hogar.

Ney Fernández embellece Ajuterique.

Arte que se empodera de la calle

Este impulso se convirtió en una idea de vida y de cambio social. El joven hondureño deseaba que el arte estuviera en manos de todas las personas, por ello, su interés en el mural. De esa manera todos podrían conocer su historia y su cultura. “Siempre he tenido la fascinación de cómo el arte se empodera de la calle”.

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Ney Fernández, actualmente estudia arquitectura y aspira a realizar una maestría en conservación de monumentos para así poder rescatar la historia arquitectónica de Honduras.

Su habilidad como artista llega al punto de que fabrica sus propias pinturas utilizando los recursos naturales de su entorno, es de esta manera que logra pagar sus estudios. Un ejemplo emprendurismo e ingenio.

Ajuterique

En cada esquina de Ajuterique se puede observar un hermoso mural.

Ajuterique, inspiración de los artistas

Para este artista su identidad está profundamente marcada por su amado Ajuterique. Se define a sí mismo y a su trabajo como una extensión de la vasta cultura de su pueblo, inculcada desde temprana edad por su familia. Este amor se ve reflejado en sus trabajos, en que logra “plasmar la magia del pueblo”.

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Lo que más ha marcado su carrera como artista es interactuar con las personas mayores, que con ojos llenos de lágrimas se acercan a agradecerle por recordar y plasmar sus memorias para no pasar al olvido.

El artista Ney se alegra del impacto que han tenido los murales para dar a conocer a su hogar. “Gracias a los murales nuestro legado está siendo contado y la gente nos está conociendo. Este pequeño granito está impulsando a los emprendedores a seguir adelante, agregó el hondureño.

Los trabajos de Ney representan la cultura y tradición de su pueblo natal.

Soñando en grande

El muralista considera que Ajuterique tiene la posibilidad de convertirse en la galería a cielo abierto más grande de Latinoamérica y sus esfuerzos van destinados a ello. Espera logra que las nuevas generaciones estén más vinculadas con su cultura y conozcan la flora y fauna nacional.

“La vida del artista no es sencilla, pero juntos podemos salir adelante y cambiar la realidad de nuestro pueblo”. Invita a los diferentes artistas de los pueblos hondureño a no bajar la guardia y a usar su talento como un recurso para darse a conocer.

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