Un equipo científico en 1885 llega al sitio arqueológico para datar fechas, su exploración dura alrededor de 15 años y algunas piezas fueron llevadas a un museo británico.
Se ejecutaron varios estudios nuevos, pero el más recordado fue el publicado por Harvard en 1891, donde mantuvo por más de un siglo las antiguas fotos preservadas en negativos de placa de vidrio.