Por primera vez en Honduras se realizó la presentación del cortometraje Los Fantasmas de Montenegro. Una producción que muestra la historia y última entrevista del gran escritor de Cuentos y Leyendas, y muchas obras más, Jorge Montenegro.
Esta maravillosa obra dirigida por la periodista Belinda Ortiz Gallardo y su equipo de producción tiene como objetivo dejar un registro histórico del legado de Jorge Montenegro, y convertirla en una pieza audiovisual que refleje la personalidad, visión y el genio que fue el creador de Cuentos y Leyendas, para que generaciones actuales y futuras valoren la esencia del folclore hondureño.
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Una noche de recuerdos
El suspenso y el terror se apoderaron del lugar cuando las estatuas vivientes de los personajes principales de estos cuentos cobraron vida. Un momento que llenó de muchos recuerdos a los invitados, pues fueron historias que cambiaron el significado de las noches y solitarios caminos en toda Honduras.
Además, de estos escalofriantes personajes, los invitados tuvieron la oportunidad de apreciar algunas piezas fundamentales que formaron parte de la vida de este magnífico hondureño. Entre ellas una grabadora de cinta con la que Montenegro grababa sus programas que transmitía por radio, la máquina de escribir que utilizó para redactar sus historias, que ahora formarán parte de las piezas de colección del Museo para la Identidad Nacional (MIN) en Tegucigalpa.
Un documental que narra sus inicios…
Este documental narra la vida de Jorge Montenegro, desde sus inicios. Cuenta las dificultades que él y su familia tuvieron que superar, debido a los escasos recursos económicos con los que contaban en aquella época.
Esta situación hizo a Montenegro comenzar a trabajar desde muy temprana edad para poder generar ingresos que le permitieran seguir estudiando. Y fue en 1960 cuando tuvo la oportunidad de comenzar como cuentista en una radio local de Danlí, donde inició a narrar historias de ultratumba que estremecieron a toda la comunidad.
Después de eso este reconocido hondureño comenzó a escribir muchas de las historias que conocemos como la sucia, el cadejo, el duende y un sinfín de historias más que forman parte de la colección de Cuentos y Leyendas, la obra con la que más se destacó dentro y fuera de Honduras.
Fue un gran artista y un ser humano extraordinario
A lo largo de toda la producción se puede observar, entrevistas de las personas más allegadas a Jorge Montenegro en vida, entre ellos Marco Montenegro, Elmer Enamorado, Naún Valladares y Daniel Nolasco quienes lo describieron como una persona, amable, solidaria, sociable, carismática y muchas otras cualidades que lo llevaron a convertirse en el amigo del pueblo.
Pues a todo lugar que él iba, siempre tenía un amigo, un conocido o un admirador de su trabajo que con estaban dispuestos a ayudarle en lo que fuera.
El periodista, Naun Valladares, con quien compartió muchos años de trabajo en la radio, describió a Montenegro como “un artista en todos los sentidos”. Y es que, durante toda su vida, este talentoso hondureño se desarrolló como escritor, cuentista, locutor y productor de radio, pintor, cantautor, investigador y muchas otras actividades que le ayudaron a forjar el gran legado que dejo en toda Honduras.
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El fantasma al que Montenegro temía
Así como muchos de los fantasmas que aparecían en las historias de terror de este genio de la literatura hondureña, había un fantasma que era al que él más le temía: el olvido. Así lo relato entre lágrimas Suyapa viuda de Montenegro, quien dijo: “Lo que él siempre pedía es que su pueblo, sus admiradores, no olvidaran lo que él había hecho, lo que él había aportado a este país”.
Es por eso que los hondureños debemos de cultivar y transmitir a las generaciones presentes y las futuras, el gran legado de amor y orgullo a las tradiciones y costumbres hondureñas. Así como lo hizo el gran escritor, Jorge Montenegro, quien fue y siempre será un icono representativo del folclore nacional.
Vale destacar que durante sus últimos días de vida, mientras luchaba contra un fuerte cáncer linfático, Jorge Montenegro, solicitó al gobierno de la republica establecer el 9 de septiembre como Día del Folclore Nacional, el cual fue aprobado unos días después de su muerte por el Congreso Nacional.
