Las haciendas antiguas de Honduras son piezas que nos trasladan a diferentes episodios de nuestro pasado que vale la pena redescubrir. Además de su valor histórico, estos antiguos edificios poseen una belleza única que seduce a cualquier viajero, por ejemplo, la Hacienda San Lucas. Este es un espacio lleno de naturaleza, tradición, confort y por su puesto hospitalidad.

Está ubicada a dos kilómetros del pueblo de Copán Ruinas, cerca del río Amarillo. Este es un lugar que tiene más de cien años y todo aquel que la visita se traslada a una época antigua donde la tecnología aún no existía.

Un entorno exclusivo

La Hacienda San Lucas pertenece a la familia Cueva, hoy en día la cuarta generación cuida de este establecimiento que funciona como hotel y restaurante. Los dueños de esta casa centenaria decidieron abrir las puertas de su hogar al público porque tiene un toque antiguo que causa nostalgia a cualquiera, ya que la hacienda es de adobe, abastecida con energía solar y acompañada por el valle y montañas de Copán Ruinas.

Desde el momento que se ingresa a la hacienda se puede admirar un jardín envidiable que rodea todo el edificio longevo. A simple vista pareciera que es un espacio pequeño pero al momento de recorrerla se puede apreciar que es una casona de gran tamaño y de alto valor arquitectónico de la época colonial.

A los extranjeros les encanta visitar esta hacienda por tres razones: porque está enclavada en una montaña, por toda la frescura que se respira y porque su tranquilidad nos desconecta de inmediato del afán diario.

El presentador de National Geographic, Nigel Marven, que visitó Honduras el año pasado para realizar un documental sobre nuestra amada tierra, recorrió esta hacienda y comentó que es una joya centenaria que vale la pena conocer.

Karla Pérez, encargada de reservaciones y eventos de la Hacienda San Lucas, mencionó que: “Los turistas nacionales y extranjeros les encanta conocer esta hacienda porque es un lugar lleno de naturaleza y relajación. Todo aquel que visita esta casa siempre se va con las ganas de regresar”.

Si usted está buscando un lugar tranquilo para desconectarse del afán diario, no dude en visitar este espacio que cuenta con ocho habitaciones rústicas, un restaurante donde sirven comidas con ingredientes lencas y chortís, un fascinante mirador donde podrá apreciar el Parque Arqueológico de Copán Ruinas y todo el valle que rodea esta ciudad maya.

Además ofrece un paseo a caballo que lo lleva hasta el río Amarillo; también tendrá la oportunidad de conocer el famoso parque de ranas, practicar senderismo o simplemente descansar en las sillas de madera que tiene el establecimiento para leer un buen libro. Entonces…

¿se anima a esta aventura relajante?