Ir de visita al Museo del Aire de Honduras nos da la oportunidad de escapar por un instante de nuestra terrestre realidad. Aquí nos podemos sumergir en el mundo de la aeronáutica hondureña.

La colección de aviones que posee el museo es de 25 aeronaves, entre militares y civiles, la mayoría son de los años 1930 hasta 1980, las cuales son de entrenamiento, combate y transporte. De estas, 20 han servido en la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), ya sea en guerra o la vigilancia del territorio nacional.

Las personas cuando realizan este tour de aeronaves logran apreciar jets, avionetas y helicópteros. En este espacio los visitantes pueden leer las explicaciones de estas reliquias y quedan totalmente sorprendidos ya que cada una tiene su propia historia.

En el museo se encuentra uno de los aviones más insignes es el F-4U-5 Corsario, el cual fue piloteado por el capitan Fernando Soto en la guerra contra El Salvador en 1969. Con el Corsario se logró derribar tres aeronaves salvadoreñas.

Pero esto no es todo, aquí está un avión que es considerado como único en el mundo, se trata del North American NA-16 ya que conserva todas sus piezas originales.

Si hablamos de helicópteros en este lugar está el Bell UH-1HB Huey, la mayoría de las personas lo reconoce porque ha aparecido en las películas de “Rambo”.

Es importante recalcar que la mayoría de los aviones mostraron su potencial en las guerras contra El Salvador y Nicaragua durante las décadas de los 60, 70 y 80.

El Museo del Aire de Honduras representa un papel tan importante en Honduras que pone en los cielos nuestra bandera de cinco estrellas.

Le presentamos los aviones más antiguos y elevados de Honduras: abróchese los cinturones