Francis Drake para unos fue un pirata sanguinario, para otros era un héroe, y se comenta que al pasar por Centroamérica tuvo noticias de la existencia de una pequeña isla que podría servirle de refugio. Fue así que en aquel tiempo de piratas y misterios también se hablaba de hechizos que irremediablemente se cumplían.

Drake desde su llegada a Playa Negra fue atento y dadivoso con los nativos de la isla, quienes al ver su porte, su cuerpo musculoso y sus azules ojos lo apodaron el “Tigre”, pero su apodo se originó más por su fiereza que por su figura; es por eso que la isla de Amapala fue conocida como la Isla del Tigre, convirtiéndose una de sus playas en el centro de operaciones de Sir Francis Drake.

Cuenta la leyenda que con el tiempo Sir Francis se enamoró de una mujer nativa de Amapala, para él no existía otra mujer, adoraba a Gabriela, como él la llamaba. Los piratas se encargaron de levantar varias casas en Playa Negra, allí se planeaban asaltos, y actos de piratería después de ubicar barcos españoles cuyos viajes eran frecuentes en el área.

Salía de su escondite con sus fieles marineros en busca de un barco español que llevaba un gran tesoro. “¡Al abordaje mis valientes!, ¡vamos por el tesoro!” Cuando Drake llegaba a los pueblos ubicados a la largo de la costa centroamericana se dedicaba al saqueo, no le importaba meterse a las iglesias o casas particulares, él se llevaba todo lo de valor que encontraba.

Cada vez que regresaba a Playa Negra después de sus correrías, almacenaba más y más tesoros, los que entregaba al cuidado de Gabriela, su bien amada.

Pero en la isla había una mujer que se dedicaba a las malas artes, se afirmaba que sus hechizos eran efectivos, que todo lo que la bruja hacía se cumplía, como mujer, estaba enamorada del Tigre. “Vea doña Vilma, no se enamore mucho del inglesito, que ya tiene dueña”. “No te preocupés por eso”, dijo la bruja, “ese hombre puede caer en mi poder, debes saber que por los momentos no puedo hacer nada, cuando hay dos que se aman la brujería no llega. Hay muchas cosas que puedo hacer para llamarle la atención, por ejemplo transformar mi rostro y mi figura”. “¿Usted puede hace eso?”, preguntó el amigo. “Claro que puedo, andá da tu vuelta y regresás más tarde”.

Minutos después regresó el amigo de la bruja, encontró a una muchacha, la saludó y entró en la vivienda de Vilma y no la encontró, salió a buscarla y le preguntó a la joven si había visto a Vilma, la muchacha se rio y dijo: “Te dije que no me ibas a conocer, soy yo, Vilma, jajajajaja”. El hombre estaba asombrado, la bruja se había convertido en una linda mujer. Ese mismo día se las ingenió para encontrarse con Drake, y en una de las polvorientas calles de Amapala le dijo que estaba enamorada de él, que dejara a Gabriela, que serían felices en la isla. Mientras la mujer hablaba, su rostro comenzó a transformarse sin que se diera cuenta, fue cuando Sir Francis la hizo a un lado diciéndole “¡bruja… vete de aquí!, ¡quitate de mi vista!”. La mujer lo vio con odio y le gritó: “¡Maldito seas Francis Drake, juro que no regresarás vivo de tu próximo viaje”. La bruja preparó una maldición para que Drake no pudiera regresar a la isla, se sintió despreciada, eso no se lo permitiría a ningún hombre. Sir Francis se enteró de las malas intenciones de la bruja, se sintió sentenciado a muerte.

Antes de zarpar de Playa Negra hizo un pacto de amor con Gabriela, jurándose eterno amor, que el día que les tocara morir morirían juntos para llegar al cielo o al infierno. “No te preocupes mi amor voy a regresar y nos iremos juntos a Inglaterra”.

Una noche junto a su amada, Drake enterró todos sus tesoros, partió el pirata rumbo a las costas de Panamá dejando a Gabriela al cuidado de cuatro de sus marineros. La maldición se cumplió precisamente en las costas de Panamá, en una lucha feroz Sir Francis Drake fue atravesado por una espada, falleciendo en el acto.

Al darse cuenta de la muerte de su amado, Gabriela ordenó a los hombres que la custodiaran, que fueran a matar a la bruja, la que antes de morir confesó el daño que había hecho y pidió perdón, dándoles la fórmula de romper el hechizo que pesaba también sobre Gabriela.

“El día que alguien descubra los tesoros de Drake, Gabriela será libre de reunirse con Sir Francis en ultratumba”. Dicho esto, expiró.

Cuentan los vecinos de Amapala, o Isla del Tigre, que en las noches de luna llena una mujer camina por Playa Negra llorando y quejándose por la ausencia del amor de su vida, esperando que alguien descubra el tesoro para poder reunirse con su amado. Hasta la fecha muchos hombres han intentado encontrar el tesoro del pirata, sin embargo nadie ha podido encontrarlo.

Unos dicen que está dentro de una cueva que existe en la isla, y otros que está en los alrededores de Playa Negra. Y usted, ¿por qué no lo intenta viajando a Playa Negra?

 

Tomado de Diario La Prensa.