A poca distancia de las ciudades gemelas de La Esperanza e Intibucá se encuentra una encantadora laguna que parece un verdadero retrato que cualquiera persona que se toma un tiempo para admirarla se enamora en cuestión de segundos.
Este es un encanto turístico que tiene un lema “un paraíso en las alturas”, y realmente es un fascinante paraíso, ya que posee una magia natural que encaja perfectamente con el resplandor del sol.
Laguna Madre Vieja es el nombre de este destino y muchos turistas se toman su tiempo para visitarla y apreciarla de cerca en pequeños botes de madera que regalan una tour relajante donde el sonido de las aves y la brisa de los árboles hacen que la experiencia sea maravillosa.
Esta es una las lagunas más famosas del municipio de Intibucá y se encuentra a 1600 metros sobre el nivel del mar, es un cuerpo de agua alucinante que la mayor parte del tiempo pasa cubierta con niebla.
La Laguna Madre Vieja se encuentra en la entrada de la Esperanza, dándole un toque único y diferente a este destino lenca, ya que por su ubicación es el primer lugar turísticos que ve los visitante al llegar a la ciudad.
Los turistas en esta laguna pueden realizar pesca, alquilan un bote de remos o simplemente disfrutan de la tranquilidad que impera en este majestuoso lugar que combina muy bien con el clima frío de esta zona de Honduras.
Pero esto no todo lo atractivo de la laguna, cuentan los pobladores que su nombre (Madre Vieja) suele asociarse a figuras matriarcales posiblemente de los habitantes originales de ese lugar como son los lencas, y según cuenta la leyenda que por los años de 1965 se hacían ofrendas de gallinas y un ritual a través de un rezador anciano, y al no realizarse estos pagos la laguna se convertía en una zona de traga gente o tomaba directamente sus ofrendas del vientre de aquellas mujeres que llegaban a pescar.
En esta laguna se puede disfrutar de un momento ameno y las personas que lo visitan siempre se llevan recuerdos imborrables.
