El cerro de Hula, ubicado a unos 20 minutos de Tegucigalpa, capital de Honduras, despierta el misterio de los que pasan hacia pueblos como Santa Ana y Ojojona, este lugar encierra una historia sin precedentes en el país, puesto que en él está el banco de terrazas agrícolas más grandes de todo Mesoamérica.

Aunque se ha escrito mucho sobre el Cerro de Hula, y sus terrazas agrícolas, fue el Instituto Hondureño de Turismo, quien confirmó a Honduras Tips, sobre la existencia de este monumento arqueológico, y por consecuencia, fue ratificado por varios investigadores que hasta el momento continúan maravillándose por este descubrimiento que podría a Honduras de nuevo en el ojo del mundo.

“El doctor Pastor Gómez, Mario Ardón, Juan Jacobo Zelaya, Vito Veliz, Arturo Sosa, su servidor y el Phd. Mattew LaFevor de la Universidad de Texas especialista en este campo inclusive en la restauración de terrazas, hemos seguido las pistas de este gran descubrimiento; hasta el momento se está trabajando en el dossier del proyecto, obtener el financiamiento internacional para llevar las investigaciones a otro plano del conocimiento para propios y extraños” comentó, Salvador Echigoyen, jefe de información del Instituto Hondureño de Turismo, y museógrafo, restaurador, con muchos años de experiencia en proyectos arqueológicos en los parques de Los Naranjos y Copán.

Desde el 2013, el gobierno de Honduras a través de entidades como turismo, arqueología y agricultura, continúan explorando el área de las terrazas agrícolas del Cerro de Hula, y en sus investigaciones han tomado fotografías áreas, las cuales han revelado la majestuosidad del cerro en forma piramidal, y recubierta con paneles escalonados, haciendo de este descubrimiento, una nueva y fascinante historia por contar.

Honduras Tips, consultó a Juan Jacobo Zelaya Guillén, investigador del Cerro de Hula por más de 30 años, e indicó que la naturaleza de lo que es el terreno, que tiene apariencia arcillosa, que es la misma condición que está en la parte de El balín del Lago del Yojoa.

“No está en Siberia, ni en el Sahara, sino a solo 20 minutos sobre carretera asfaltada de la ciudad capital de este bendito país; Hemos llegado a la conclusión en primera instancia, que las terrazas pueden tener al menos unos mil años de antigüedad, pero debemos seguir investigando, pero de lo que no hay duda, es que si existen” comentó Juan Jacobo Zelaya Guillén, investigador e ingeniero agrónomo.

A la basta investigación sobre las terrazas agrícolas del Cerro de Hula, se unió Vito Velis, arqueoastrónomo, hondureño, quien afirmó que este es el área agrícola bajo terrazas de bancos, más grande Mesoamérica desde el sur de México hasta el norte de Colombia.

Al eminente descubrimiento se unió Arturo Sosa, fotógrafo y escritor hondureño, quien público un artículo en su blog personal, dónde habla de la posibilidad de que los lencas hayan edificado este sistema agrícola de cultivo; una tremenda innovación, puesto que en los países que componen Mesoamérica no se tenía registrado el uso de esta tecnología para cultivar.

“El ingeniero Zelaya vio desde un principio las terrazas. Siendo un experto en agricultura le sorprendió inmediatamente el uso de esta tecnología puesto que no es común en Honduras. Las terrazas agrícolas no son características de los pueblos mesoamericanos” indica Arturo Sosa, en su artículo «¿Qué sabe usted del Cerro de Hula?».

La interesante historia que encierra el Cerro de Hula, incluye también a Syntia Solomon, ex viceministra y actual asesora del IHT, quien ordenó en su período de gestión, crear un anteproyecto para asegurar la zona como área protegida, dado a su valor histórico y cultural.

“El ingeniero Zelaya, Vito y Salvador, me invitaron a ver en el 2013, el cerro de Hula, después de ver y constatar lo magnifico de este descubrimiento, decidimos trabajar por asegurar el lugar, con un poco más de investigación podríamos estar ante una nueva maravilla de Honduras y el mundo”, enfatizó Syntia Solomon.

Nadie duda de la existencia de las terrazas agrícolas del Cerro de Hula, están allí, y aún son utilizadas por los pobladores lencas, quienes tienen plena faculta del uso de las tierras; Hasta el momento, varias universidades de Estados Unidos y Europa se interesan en el descubrimiento, uniéndose a una investigación sobre el misterio de lugar.

El IHT busca el financiamiento para oficializar las hipótesis y teorías que hasta el momento giran en torno al Cerro de Hula, y además, que se convierta en la primera zona geoturística de Honduras y Centro América, este hecho podría cambiar la historia de Mesoamérica, y abre nuevas interrogantes sobre la inteligencia de los Lencas.

Contexto geográfico
El Cerro de Hula, es parte de la Sierra de Lepaterique, situado entre la reserva de la biosfera de Hierba buena y la reserva biológica de Uyuca. Incluye la subcuenca de Upare de los río San José y Guacerique.

El municipio de Santa Ana de Hula (abundancia de hule) tiene su territorio discontinuo más hacia el oriente de San Buena Ventura incluye San Isidro del Izopo donde también hay una enorme área protegida por terrazas de banco que es patrimonio cultural de los santaneros
Límites: al norte con inmensos desfiladeros a plomo colindantes con el embalse de la concepción, al sur con enormes desfiladeros de la depresión de Cicatacare, al oriente con la meseta de la bodega sobre la cual se elevan los cerritos de Ayasta que deberían ser motivo de investigación, para saber si son pirámides construidas por nuestros ancestros de culturas originarias como parecieran testimoniarlo las dos pirámides de tres escalones que están grabadas en el conjunto de arte rupestre de los abrigos rocosos de Ayasta.

Contexto histórico
Existe un documento colonial en el archivo nacional de Honduras que registra contundentemente el título de propiedad del cerro de Hula al reparto de indios de la mina de Guasucarán.

En el capítulo IX del libro “Exploraciones y Aventuras en Honduras 1857” de William Wells se refiere a las terrazas como sucesión de tierras planas y metas.