Sobre las calles y avenidas de esta empinada ciudad ahora se respira aire de optimismo y oportunidades.

Sus autoridades, empresarios, artesanos, transportistas; todo el pueblo, celebra sin diferencias la posición que Trujillo alcanzó para convertirse en uno de los destinos para cruceros en el mundo.

La realidad actual de este puerto histórico es abismal a la de hace unos cinco años. Haberse ganado la atención de las grandes empresas de cruceros a nivel mundial ha hecho esa gran deferencia.

La tarea no fue fácil, pero la actitud catracha que asumieron las autoridades, inversionistas y todos los actores vinculados a este sueño anhelado determinó lograr esa posición privilegiada.

“Nos ganamos la atención de los administradores de cruceros después que ellos vieron que íbamos cumpliendo las recomendaciones que nos hacían”, recuerda el alcalde Antonio Laínez.

Clave

El último paso determinante para esta ciudad, y el que permitió ganar más puntos, “fue cuando ellos (empresarios cruceros) observaron que se estaba iniciando el proyecto de alcantarillado, eso fue lo que nos permitió ser tomados en cuenta”, aseguró el jefe edilicio.

Por años, las playas de Trujillo fueron el depósito de los desechos sólidos y aguas negras de los más de 25 mil habitantes que viven en su casco urbano. Sanearlas ha sido una lucha y urgente necesidad ante esta nueva etapa de crecimiento y bonanza de una ciudad que estuvo sumida en el abandono por más de medio siglo.

Que hayan llegado más de 50,000 turistas fue un rotundo éxito para nosotros, porque sirvió para que los administradores de cruceros le pusieran atención a Trujillo; y que nosotros nos valorizáramos como municipio y ver cuáles eran nuestras fortalezas y debilidades”, señaló. Desde entonces, una conciencia propia surgió de esta antigua villa fundada por los españoles el 25 de mayo de 1525. Los trujillanos asumieron las riendas de diseñar su propio desarrollo. “Nosotros tomamos la decisión de ayudar a la alcaldía y tomar las riendas del desarrollo de Trujillo; antes la gente de afuera nos señalaban las pautas, ahora eso ya es cosa del pasado”, expresó Marco Tulio Castillo, presidente del Comité de Desarrollo de Trujillo.

Capacidad

Para Hernán Batres, gerente de la terminal de cruceros Banana Coast, Trujillo ya está ubicado en el contexto internacional. “Como un destino de cruceros adonde hay una capacidad para manejar buques de gran tamaño.

Los que no creían que este sueño era posible, hasta que vieron la primera llegada de un crucero, se han incorporado a todo este proceso”, aseveró Batres.

El puerto Banana Coast, certificado en 2014, fue construido por el empresario canadiense Randy Jorgensen, el principal protagonista del nuevo despertar de Trujillo.

En esta nueva realidad que hoy embarga Trujillo, todo está tomando valor.

“Todas las artesanías que elaboro las han comprado los turistas, la temporada de cruceros fue muy buena para nosotros”, expresó Gina García, conocida artesana de esta localidad. Bajo la sombra de la llegada de cruceros, el turismo en esta ciudad creció un 80% este año.

“Fue algo positivo para Trujillo, ya que pudimos aprovechar el turismo, también el nacional que fue motivado por la llegada de los cruceros, esto a su vez atrajo a muchos artesanos y guías de otras partes del país”, estimó Claudia Madrid, presidenta de la Cámara de Turismo de Trujillo.

Con hermosas playas, un centro histórico impecable que ha sabido conservar su pasado colonial; más sus imponentes montañas de espeso verdor y su inconfundible bahía con características únicas, han ubicado a Trujillo en el mapa mundial como uno de los nuevos paraísos para el turismo internacional de cruceros.

 

Tomado de Diario La Prensa.