Por Shivya Nath 

Muchos países cuentan con una etiqueta de advertencia: demasiado hermoso; demasiado amable; demasiado difícil de dejar. Pero Honduras era diferente. Tenía una advertencia real – demasiado inseguro.

Crecí en la India y después de tantos años de viajar sola por mi país, sé lo que se siente estar marcado con una etiqueta de «inseguro». Claro, es la realidad del país, y se debe mantener la guardia en ciertos lugares, pero evitar por completo viajar allí sería perder la oportunidad de algunas experiencias absolutamente increíbles.

Y es por eso, a pesar de sus etiquetas, que decidí tomar una oportunidad con Honduras, conocido como el “lugar más violento en la tierra» y «capital mundial del asesinato». Junto con un amigo, fui testigo de la calidez de la gente Hondureña, un festín de deliciosas baleadas, y descubrí la belleza prístina del país.

Así fue cómo Honduras me sorprendió:

1) Los Hondureños le contarán historias de miedo, luego le asombrarán con su calidez.

Los hondureños eran una contradicción. Contaban historias bastante perturbadores sobre la seguridad en el país – luego se tomaban la molestia de acompañarnos personalmente a nuestro destino, presentarnos a un amigo de confianza, incluso compartir su número de teléfono para que pudiéramos estar en contacto en caso de una emergencia. Me entristeció pensar que la violencia de las pandillas en el país ha causado tan mala reputación para el turismo, pero me enamoré de Honduras de todos modos.

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2) Si hay un paraíso en la tierra, se llama Guanaja.

Fue difícil elegir sólo una isla de las islas de la bahía, pero desde el momento en que nuestro pequeño avión aterrizó en el aeropuerto del pequeño de Guanaja, supimos que habíamos descubierto nuestro propio paraíso. Oral, un isleño y nuestro anfitrión en La Giralda, nos entretuvo con historias sobre la vida en la isla, nos presentó a los lugareños en Bonacca, y nos llevó a bucear en el segundo arrecife de coral más grande del mundo – un acuario natural de magníficos colores y peces. Nos despertamos con el océano acariciando suavemente la arena blanca de nuestra bahía privada, anduvimos por islas remotas, descubrimos cascadas secretas y ¡casi decidimos quemar nuestro boleto de avión de retorno!

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3) Se puede viajar muy a gusto en un presupuesto.

Después de viajar durante cuatro meses a través de Centroamérica, todavía estoy sorprendida por el valor de mis experiencias en Honduras. A pesar de darme gusto con canopy y ciclismo de montaña a lo largo del Parque Nacional Pico Bonito, buceo en las Islas de la Bahía, y alojamientos en hoteles cómodos no me afectó tanto el bolsillo como en los países vecinos de Costa Rica y Panamá.

4) Si Honduras fuera de un color, sería verde.

Yo esperaba que Honduras fuera bella, pero al salir del aeropuerto del infame San Pedro Sula me llevó por sorpresa. Fuimos recibidos por exuberantes parques y bosques que se mecen suavemente con la brisa, y fuimos testigos de este paisaje prístino en todo el país – en el campo como se esperaba, pero incluso en partes ocupados de Tegucigalpa.

5) La gente en las aldeas remotas no cierran sus puertas con llave por la noche.

La verdad es que nuestras preguntas sobre la seguridad fueron contestadas en nuestra primera noche cuando llegamos a La Villa de Soledad, a orillas del río Cangrejal en La Ceiba – nuestros anfitriones Hondureños-Mexicanos nos explicaron que como viven en el campo remoto entre los Parque Nacionales de Pico Bonito y Nombre de Dios, ¡ni siquiera se molestan cerrar sus puertas con llave por la noche! La única preocupación real eran los perros callejeros que robaban la comida de su Chihuahua.

Biografía del Autor: A los 23 años Shivya Nath renunció a su trabajo de empresa en busca de aventuras por todo el mundo. Únete sa us viajes por medio de su blog de viajes – The Shooting Star – y en Twitter @shivya.