Me desperté temprano el domingo pasado y salí a la terraza de mi habitación en la Casa de Café – un pequeño y maravilloso bed & breakfast  situado en Copán Ruinas, Honduras. Me encontré por casualidad con una mujer de Estados Unidos que había llegado a la ciudad tarde la noche anterior. Se presentó como Ruth y observe que ella estaba disfrutando inmensamente la brisa, las vistas de las montañas, y la sinfonía de las aves tropicales. Era una de esas mañanas perfectas aquí en Copán.

A medida que nos intercambiamos las típicas impresiones que todo viajero tiene en un primer encuentro, me di cuenta que era la primera vez que Ruth visitaba Copán Ruinas, ni siquiera había oído hablar del pueblo – que sonaba extraño para mí, ya que ella dijo que era una arqueóloga aficionada y que sabía que existían espectaculares ruinas mayas en el área, pero no estaba consciente de que era en el mismo pueblo en el que se encontraba, procedió a decirme cómo se sentía de «impresionada» de descubrirlo. En ese momento, me sentí obligado a entrevistarla. Así que aquí está…

Yo: me pareció interesante que como, arqueóloga aficionada, acabase de descubrir Copán. Pero lo que realmente me llama la atención fue su uso de la frase «perder la cabeza» para describir sus sentimientos, y sobre todo cuando dijo: «¡Yo no sabía que esto existía! Esto se supone que es un lugar bastante bien publicitado, es la última etapa de La Ruta Maya en Centroamérica, ¿no?

Ruth Calvo: Lo es. Soy una persona que siempre ha estado interesada en la arqueología, visito el Smithsonian, y todas sus exposiciones. Convencí a algunos amigos míos de Chicago que fuéramos al Instituto de Arte de Chicago y los introduje a Mesoamérica. Ellos ni se imaginaban que detrás de las exhibiciones Asiáticas en el sótano encontrarían las exposiciones de Mesoamérica. Pero Copán para mí solo era un nombre.

Copán es un destino para detenerse y admirarse de la belleza natural y de la riqueza arqueológica.

Copán es un destino para detenerse y admirarse de la belleza natural y de la riqueza arqueológica.

Estoy segura que el recorrer las exposiciones del Smithsonian me provocaron las ganas de empezar a planificar un viaje de exploración de  los sitios mayas.

Llegué en un barco crucero, y bueno, disfrute viendo algunas cosas maravillosas. Conocí Lamanai en Belice, llegué a Tulum en México… y yo estaba fascinada, pero por supuesto usted sabe cómo es el asunto, se está ahí por un par de horas únicamente. Así que resulta un poco insatisfactorio. Pero tampoco creo que el amigo que me acompañaba encajaba bien con el entorno, simplemente no tenía el interés suficiente para ello.

Cuando estábamos en nuestro crucero, empecé a indagar para ver si había alguna manera de llegar a Copán, y por supuesto no se podía… un concepto absurdo. Pero, después de ver las exhibiciones del Smithsonian y leer en Wikipedia sobre el tema y la relevancia de la misma me dio muchas ganas de venir a conocer y entonces decidí hacerlo. Así que aunque originalmente había planeado venir aquí en el otoño, durante mi estadía en Belice si liberó mi agenda y me puse a investigar cómo hacer para venir a Copán y termine juntando los dos viajes…

Pero… honor a la verdad, no tenía ni idea de qué tipo de instalaciones, ¿qué tipo de escenario, ¿qué tipo de comunidad vecina  había en Copán Ruinas. Yo estaba interesada en los objetos de arte, los artefactos. La escalinata jeroglífica, ¡tenía que ver eso! Ese tipo de cosas.

Copán tiene atractivos tanto para amantes de la historia y arqueología como para quienes gustan de retiros en la naturaleza.

Copán tiene atractivos tanto para amantes de la historia y arqueología como para quienes gustan de retiros en la naturaleza.

Así que cuando llegué de la excavación en Belice y empecé a salir de San Pedro Sula, me iba alejando de la civilización, y por supuesto mí taxista no hablaba inglés y no podía comunicarse. No dejaba de pensar que esto podría convertirse en un desastre. Íbamos por caminos llenos de baches, con neblina, y el pobre taxista con problemas incluso que le dificultaba mantenerse en el camino.

Mi sensación de desastre inminente fue creciendo, y en algún momento, mientras nos acercamos a La Entrada, una ciudad  de luces brillantes y muy ruidosa, pensé, ‘Oh, bueno, deberíamos parar acá, aun no estamos demasiado lejos’. Pero el taxista me insistía diciéndome: «No, Copan está ahí un poco más lejos, a través de las montañas.» Y por supuesto seguíamos rebotando sobre viejas carreteras secundarias y yo estaba realmente perdiendo toda fe. Me preguntaba «¿Qué está pasando?»

Pero finalmente llegamos a un pequeño puente, un pequeño portón… y quiero que sepan que mi corazón saltó. No podía creer el encanto que estaba frente a mí.

La diversidad de flora y fauna es impresionante.

La diversidad de flora y fauna es impresionante.

Yo: Bueno, ya sabes, encantador es la palabra que más se usa para describir a Copán Ruinas… Cuando llegué por primera vez, camine por las calles empedradas después de bajar del autobús. De repente, esta pequeña ciudad se me abre, y pensé… ‘Oh, Dios mío, yo no sabía nada de este lugar.’ Y yo soy de Honduras.

Ruth Calvo: Es exquisito. No puedo imaginar ningún lugar más completamente decorado con flores y enredaderas. Cada pequeña cafetería con su terraza exterior cuenta con ollas llenas de hermosas flores y árboles con enredaderas que cuelgan sobre las flores… Yo estaba encantada. Todavía estoy encantada. Ha sido la estadía más asombrosa. Y, por supuesto, sabía ya que de donde yo venía en Belice todo el mundo con el que trabaje en la excavación me recomendaron este encantador lugar…

 

 

Vía Huffington Post