Si de emoción y naturaleza se trata, el municipio de Ojojona es el escenario perfecto para olvidarse de las faenas diarias, y consentirse un poco, debajo de una caída de agua o simplemente intentando escalar una cascada. La Cueva Pueblo Viejo y Cascada de Jiniguare,  son dos encantos que se destacan en el placentero y pintoresco municipio de Ojojona, que está ubicado en las faldas del Cerro de Hula, a 34 kilómetros al sur de la ciudad de Tegucigalpa.

La Cueva Pueblo Viejo y Cascada de Jiniguare poseen hermosos parajes y encantos perfectos para hacer largos recorridos a pie donde podrá disfrutar de la mejor fauna y flora de municipio de Ojojona; este lugar es uno de los preferidos de aquellas personas que disfrutan hacer senderismo y conectarse con la naturaleza. Honduras es un país lleno de maravillas y es curioso observar este tipo de fenómenos que se crean al sur de la capital.

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Cueva Pueblo Viejo un tesoro escondido

En lo profundo de los bosques de Ojojona se encuentra una maravilla antigua y natural llamada Cueva Pueblo Viejo. El simple hecho de haber encontrado esta maravilla natural es para el país un tesoro.  Después de 45 minutos de viaje en vehículo desde la entrada de Ojojona hasta las aldeas de El Jícaro/Aragua y Yucanteca, procede una caminata a través de la zona de Cerro de Hula, donde a medida se avanzando, encontrará arboles como las acacias, indios desnudos, robles, lo cual le confieren al paisaje un color atractivo y relajante a la vista.

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Es una cueva natural, en la cual usted podrá caminar por horas admirando hermosas estalactitas.

El cerro donde se encuentra Cueva Pueblo Viejo es conocido localmente como «El Cerro que se queja» ya que desde lo más profundo de la cueva se escuchan sonidos, entre ellos quejidos; sus habitantes cuentan tantos mitos, que al escucharlo quedará sorprendido. La cueva contiene magníficas formaciones rocosas, que cubren las paredes de la gruta en un paisaje poco terrestre.

Durante el recorrido, escuchará el sonido de las aves y las hojas de los árboles mientras va caminando al destino. El sitio no cuenta con guía, pero los senderos hechos por los mismos pobladores le ayudaran a seguir la ruta. Esta cueva es de gran altura y anchura; en su sector se encuentra una hondada por donde se filtra el agua de la lluvia y se diluye de manera subterránea hasta zonas desconocidas del suelo.

La Cueva Pueblo Viejo forma parte de los encantos turísticos del departamento de Francisco Morazán. Se trata de un destino muy peculiar ya que cuenta con fauna, flores, senderiso y muchos encantos. Le recomendamos llevar comida, botas para caminar en las cuevas, zapatos que pueda usar en agua, repelente de mosquitos y gorra para el sol; ¡Si es de corazón aventurero, esto es para usted!

«Cascada de Jiniguare» un refugio natural

Dentro de los atractivos turísticos del municipio de Ojojona se encuentra la Cascada de Jiniguare, un paisaje natural, con una caída libre de más de 2,000 metros que los turistas nacionales y extranjeros deben de conocer al visitar la ruta. Caminando hacia las cascadas de Jiniguare podrá apreciar diversos paisajes, e incluso la famosa Cueva de Pueblo Viejo que esconde muchos mitos y leyendas. Quedará maravillado con el gran paisaje que tiene este lugar, un clima bastante agradable y lo mejor de todo es que cuenta con cientos árboles, que brindan oxígeno puro a los pulmones.

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Esta casada es una impresionante caída de agua con 2,000 metros de altura. Un destino que vale la pena conocer.

Con sus aguas cristalinas impresiona a cualquiera, además de que en la caída de la cascada se forma una posa en la cual puede disfrutar de una gran vista. Esta cascada no es tan conocida por los hondureños, llegan a ella los capitalinos que les gusta realizar actividades de montañismo y les gusta estar en contacto con la madre tierra. Es una increíble cascada, muy parecida a la de Pulhanpanzak, a tan solo unos minutos de Tegucigalpa.

La invitación está abierta a todas aquellas personas que desean conectarse consigo mismos y con los encantos de la naturaleza. Vaya y conozca Cascada de Jiniguare, un destino que lo va a cautivar y va a querer seguir visitando. Es un fenómeno completamente natural poco frecuente donde varios lugares de Honduras lo aprecian de forma esporádica.

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