Yarumela es un municipio del departamento de La Paz y se encuentra a tan sólo 82 kilómetros de Tegucigalpa. Este rinconcito se destaca por su riqueza arqueológica que no ha sido explorada a plenitud, haciendo que sea desconocida por los hondureños.
Las construcciones arqueológicas ubicadas en el centro de Honduras, se han convertido en una de las contracciones más interesantes en el país. A corto plazo se vienen uniendo a las Ruinas de Copán, por su impecable diseño lleno de historia.
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Uno de los sectores más destacados del Yarumela es Mira Valle. Se dice que en este sitio probablemente fue el lugar donde llegaron los primeros humanos a esta parte del continente americano, hace 3 mil años antes de Cristo a.C según investigadores arqueológicos.
Yarumela, arqueológicamente es tan impactante, ya que hace unos 20 años, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) solicitó apoyo a arqueólogos e historiadores extranjeros. Esto fue para que trabajaran en los orígenes de cientos de esqueletos humanos y de animales encontrados en ese lugar.
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Desde ese momento, también se han descubierto alrededor de 60 estructuras de montículos forradas de tierra y maleza, entre las cuales hay dos estructuras de unos 20 metros de altura donde se supone vivían los líderes o caciques de los pobladores de esa época.
Antiguos habitantes de Yarumela
Probablemente en Mira Valle-Yarumela, se estableció una de las principales culturas mesoamericanas, siendo la matriz de todas las que llegaron posteriormente y que se fueron desarrollando. A una de las estructuras se le conoce como el cerro de “David”, llamado así por los ancestros de quienes ahora ocupa esas tierras, pero en la actualidad en dicho cerro han descubierto unas gradas.
Otro de los lugares destacados de Yarumela es “El Chircal”, el cual estuvo ocupado por los lencas. Ellos habitaron ahí entre los años 3,000 a.C y 200 d.C. De acuerdo con las investigaciones que realizó el arqueólogo Joesink Mandeville en el año 1986.
Sin embargo, El Chircal fue abandonado por la pérdida de los cultivos y posteriormente por la hambruna causada por una lluvia de cenizas.
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De igual modo, este lugar también ha captado la atención de antropólogos extranjeros, entre ellos norteamericanos, en el que encontraron diferentes piezas de cerámica de pigmento naranja, que en la actualidad se conservan en el Museo de Comayagua.