En el billete de L 500.00 en su anverso (la parte frontal) lleva la imagen de Ramón Rosa y su reverso un paisaje de las Minas de San Juancito, destino que muchos hondureños se preguntan dónde queda ya que desean conocerlo en algún momento de su vida.

San Juancito es un pequeño pueblo que pertenece al municipio del Distrito Central en el departamento de Francisco Morazán. Este lugar está asentado en las faldas orientales del Parque Nacional La Tigra, y es un deleite para los sentidos de quienes huyen de la ciudad para descansar en la tranquilidad del área rural.

Esta comunidad es rica en historia, ya que fue un pueblo minero, sede del enclave de la Rosario Mining Company.

Según la historia en 1879 la compañía estadounidense Rosario Mining Company se estableció en la zona de San Juancito con una concesión para la explotación minera, siendo presidente de la República el doctor Marco Aurelio Soto.

Fue esta inversión la que convirtió a San Juancito en el primer lugar de Honduras con acceso a energía, es decir, que aquí operó la primera planta hidroeléctrica de Centroamérica, fueron los primeros ciudadanos en tener luz y energía eléctrica, y el primer cine de Honduras, llamado Teatro América, ambos a cargo de Alfredo Hurst.

En este pueblo también se instaló la primera Embajada de Estados Unidos de Honduras, hoy es un edificio abandonado, con vidrios quebrados y paredes deterioradas, sin embargo, el turista siempre anhela visitar este lugar que tiene tantos recuerdos, además es una zona privilegiada de montañas y clima fresco, a pesar de que casi se convierte en un pueblo fantasma.

Memorias  

Hace 139 años, el pueblo de San Juancito era próspero por la minería, sin embargo, su economía decayó luego que la compañía se trasladó a Santa Bárbara, lo que provocó un éxodo de pobladores. Ahora su motor económico son el ecoturismo, la caficultura y la agricultura orgánica. Otro sector de la población viaja a diario trabajar a la capital y municipios aledaños.

“San Juancito antes era un pueblo rico en oro y plata, los habitantes de este lugar se sentían seguros, pero después que se fue la compañía todo cambió y ahora el pueblo se convirtió casi fantasma, sin embargo, los turistas tienen esa curiosidad de venir a conocer esta aldea que aparece en uno de los billetes de Honduras”, comento Óscar Cuarzo, un poblador.

San Juancito ha tenido grandes golpes y no solo de la economía, sino de la naturaleza. En 1998 el huracán Mitch destruyó mineras y muchas casas se perdieron, pero, pese a todos los cambios bruscos este pueblo aún conserva una paz intacta, calles empedradas, arquitecturas espléndidas y un bello mirador que ilumina nuestros ojos.

Fotos de San Juancito