El territorio catracho es un país rico en bosque y zonas naturales protegidas, pero uno de los valores agregados más importantes que los turistas pueden encontrar son sus sitios arqueológicos. Los cuales destacan gran parte de la historia de Honduras

Se estima que en el país existen más de 140,000 sitios de interés arqueológicos que todavía no han sido registrados; lo que representa  que  falta un 80% por descubrir.

Sin embargo, hay otros destinos arqueológicos que los visitantes nacionales y extranjeros pueden recorrer y disfrutar entre ellos esta: Copán Ruinas, Tenampúa y Yarumela.

Copán Ruinas

La mágica ciudad de Copán Ruinas, se encuentran escondida entre las montañas del occidente de Honduras. La cual fue fundad a raíz de la llegada de los primeros investigadores en los últimos años del siglo XIX.

Este lugar es uno de los destinos más importantes de Honduras; ya que aquí se pueden descubrir los grandes secretos de la cultura maya y los diversos atractivos naturales que posee la famosa ciudad.

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Tenampúa

Según la historia, hace 30 anos en Tenampúa fueron descubiertos varias piezas arqueológicas de origen lenca, como vasijas de finos acabados, cerámicas pintada, vasos, platos e incluso un acueducto que da muestra de cómo esta etnia llevaba el agua hasta la comunidad.

Óscar Matamoros, presidente del Comité Interinstitucional Tenampúa, en varias ocasiones ha destacado que esta aldea es un lugar que llama la atención, aunque a simple vista no se logre aprecia, pero una vez  que los turistas admiran bien el paisaje y exploran estas tierras se asombran por toda la riqueza arqueológica que hay en este lugar.

Otras de las atracciones que posee son sus dos imponentes montículos paralelos que se encuentran en la zona más alta del valle, y que son conocidos como las ruinas de Tenampúa.

Yarumela

Este es un lugar donde los turistas encontrarán diferentes tesoros escondidos, entre ellos el famoso lugar El Chircal. Se dice que este sitio es considerado como el asentamiento más antiguo, y se estima que estuvo ocupado por los lencas entre los años 3,000 a.C.; de acuerdo con las investigaciones que realizó el arqueólogo Joesink Mandebille en el año 1986.

Asimismo afirmó que este sitio fue abandonado por la pérdida de los cultivos, y posteriormente por la hambruna a causa de una lluvia de cenizas procedente de la erupción de un volcán en El Salvador.

Cabe destacar que este sitio ha sido explorado por diferentes antropólogos; entre ellos norteamericanos, en el que encontraron diferentes piezas de cerámica de pigmento naranja, que en la actualidad se conservan en el Museo de Comayagua.

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