Una de las más grandes historias de la literatura hondureña llega a la pantalla grande. Bajo la dirección y guión de Boris Lara, te presentamos motivos suficientes para asistir al cine a ver Cipotes:
El escritor del libro “Cipotes” fue Ramón Amaya Amador, nació en el municipio de Olanchito, Yoro el 29 de abril de 1916. Fue trabajador por muchos años en los campos bananeros de la costa norte, después inició su carrera como cuentista. Hoy en día es uno de los más prolíficos escritores del país, y quien tiene más obras publicadas.
Cipotes fue escrita definitivamente en Praga, República Checa durante el año de 1963, los materiales básicos de la misma fueron elaborados por el autor.
¿Cómo surge el libro?
Surge por las conversaciones a su paso por el Parque Central, rumbo a la redacción de El Cronista. Ramón Amaya Amador se detenía frecuentemente a conversar con los lustrabotas. Es así como la historia recoge la dolorosa y agitada vida de ese pequeño mundo.
Cipotes nos pinta un hecho brutal, frecuentemente olvidado en la sociedad donde vivimos. Los niños que se dedican a este tipo de trabajo lo hacen no porque lo deseen, ni porque les agrade arrodillarse frente a quienes llevan zapatos lujosos, mientras ellos caminan descalzos.
En el libro también intervienen otros escenarios como las calles de Comayagüela, el barrio Casamata, el Parque Herrera y el Parque la Libertad.
La historia de Folofo y Catica Cueto, le embargará de muchos sentimientos ya que esta obra es contada sin sombra ni rodeos, ¿quién no sabe hoy en día a los peligros que se exponen dos niños huérfanos en la calle donde impera la ley de la selva?.
¿Sabías qué?
Lo importante para Amaya Amador en este libro no es dar a conocer un mensaje explicito, si no las reflexiones que el relato mismo es capaz de conmover al público.
Hecho por: Angelica Carbajal
