Lo que empezó como una “idea loca y nueva” de dos egresados de El Zamorano, terminó siendo un exitoso proyecto con casi 170 socios que han logrado colocar su café hasta en Ucrania.

La Empresa Asociativa Campesina de Producción Aruco cumple una década el 6 de septiembre de 2016 y pese a su corta existencia, es un referente para aquellos compradores nacionales e internacionales que buscan el mejor café del occidente hondureño.

El nombre surgió de la cuenta del río Aruco que baja del cerro ubicado en el parque nacional Montaña de Celaque y que además es donde están la mayoría de los socios de la empresa cafetalera.

“Hace diez años empezamos esta loca aventura, porque ha venido a romper un montón de esquemas”, indica Donaldo González Fiallos, gerente general de Aruco, quien recuerda que mucho antes habían surgido cooperativas, pero a diferencia de estas, ellos no fueron creados por nadie.

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“Simplemente nacimos, nos formamos y decidimos buscar la manera de vender mejor nuestro café y buscar mejores oportunidades de venta”, agrega.

En ese tiempo surgía también el Beneficio Santa Rosa y los integrantes de Aruco necesitaban mercados, por lo que ambas partes unieron esfuerzos en una alianza estratégica para crecer en grandes proporciones.

Sin embargo, el definir qué tipo de organización serían significó amplios consensos y discusiones, debido a las malas experiencias de los cafetaleros copanecos con cooperativas fallidas y sociedades anónimas en donde solo los grandes “pedían la canción y bailaban con la más bonita”.

Esa búsqueda les llevó a solicitar asesorías del Incae, el INA y empresas afines a la actividad, hasta que conocieron la modalidad de una empresa asociativa, que pese a ser similar a una cooperativa, las aportaciones de los socios son en base al tamaño de la finca.

Tras cinco años de aceptar nuevos socios, ya contaban 177 productores afiliados y en una próxima asamblea aceptarán a ocho integrantes más.

Entre los beneficios de la empresa destaca la asistencia técnica y la oportunidad de comercializar su café.

Mercado ucraniano

Hace dos años, Aruco promovió un proyecto de diversificación y alternativas de producción de cafés de calidad para buscar nuevos mercados que beneficiaran a zonas que no ganan certámenes como Taza de Excelencia.

“Nos metimos a producir cafés naturales, maduros, semilavados y tenemos un experimento con fermentación de levadura para ver si logramos cambiar un poco la taza y salirnos de la plataforma de cafés lavados”, expone González.

Esas muestras resultaron atractivas durante la participación de Aruco en la Scae celebrada en Rímini, Italia, en 2014, en especial para un comprador ucraniano que un día impactó a los ejecutivos de la empresa por su visita sorpresa a la instalación ubicada a tres kilómetros de Corquín y un kilómetro de San Pedro de Copán. “El mercado ucraniano tiene bastante auge con la cuestión de cafés por ser un país frío. Los cafés nuestros se colocan en muchas cafeterías y siempre con la denominación de origen”, relata el gerente sobre la especificación en el empaque de quién es el productor del café, la altura sobre el nivel del mar, nombre de la finca y la región adonde se cosecha.

Pese a que también han enviado sus contenedores a Holanda, Inglaterra, España, Alemania Bélgica y Canadá, la empresa se distingue por ser de las pioneras en reservar sus mejores cafés para el consumo nacional y esa decisión les hizo sacar tres marcas: Café Carreto, Café Generaciones y Café Tradición del Pueblo, con sabores a dulce, miel, chocolate y frutas. Los socios están convencidos que el éxito de la empresa apenas va a un 25% de lo que sueñan, ahora apuntan hacia el mercado irlandés.

Tomado de La Prensa