La vida de Ramón Amaya Amador, ilustre escritor y periodista hondureño, no fue fácil, desde pequeño trabajó como empleado temporal de la Standar Fruit Company, la experiencia en las bananeras liberó su creatividad para escribir Prisión Verde, y más de 40 obras de corte social y problemas de la clase trabajadora de los hondureños entre los años 1930 y 1945.

Amaya nació en una casa de bajareque en el centro de Olanchito, Yoro, el 29 de abril de 1916, fue hijo de Isabel Amaya, mujer luchadora y amante de las artes; y su padre fue un sacerdote llamado Guillermo Amador.

Quizás la persona quien inculcó el amor a la literatura a Ramón Amaya, fue su madre, ella era la encargada de preparar las veladas culturares y artísticas de la ciudad cívica de Olanchito; Ramón, la acompañaba en todo.

Aunque la juventud de Ramón Amaya Amador fue como la de cualquier otro joven, le gustaba de jugar fútbol, escribía poemas a sus enamoradas, y luego de unos años fue profesor empírico de la escuela Modesto Chacón.

La Ceiba fue la ciudad en donde Ramón vivió en carne propia la injusticia social en las bananeras, la experiencia le llevó a recopilar información para escribir Prisión Verde, que ahora es un obra considerada tesoro cultural nacional.

En el museo Ramón Amaya Amador, puede ver sus obras del puño y letra del escritor.

Exilio y muerte

Ramón Amaya, aparte de vivir una lucha contra la explotación obrera en sus escritos, luego de sus fuertes críticas sociales, se exilió a Guatemala, y posteriormente a Argentina, fue allí donde conoció a su esposa Regina Arminda Fúnez, con la que procreó dos hijos.

Todo eso ocurrió entre 1944 a 1957, precisamente en este último año emigró a Checoslovaquia, viviendo en Praga. En todos estos países el ilustre escritor y periodista trabajó en empresas de comunicación de corte socialista y obrero.

El 24 de noviembre de 1966 falleció a causa de un accidente aéreo, cerca de las ciudad de Bratislava, Eslovaquia. Para septiembre de 1977, los restos de Amador finalmente fueron repatriados a la ciudad de Tegucigalpa, y actualmente se encuentran en una cripta en el museo cultural de su ciudad natal, Olanchito, Yoro.

Sus obras

Sus escritos revolucionaron el pensamiento de quienes la leyeron. Sus vivencias fueron reales y su lucha por un mejor sistema de trabajo, hizo despertar a miles de hondureños. Precisamente en la biblioteca pública de Olanchito, Yoro se encuentran exhibidos todos sus libros, y algunos borradores originales de obras que no llegaron a publicarse. En este mismo lugar se encuentra un mural que capta la esencia de la novela Prisión Verde, realizado por alumnos de La Escuela de Bellas Artes de Tegucigalpa.

Si visita este museo podrá encontrar libros, y manuscritos originales como: Prisión Verde, El Señor de la Sierra, Los brujos de Ilamatepeque, Operación Gorila, Cipotes, Jacinta Peralta, Destacamento Rojo, Las violetas del Hambre, Amanecer, Constructores, Los rebeldes de la Villa de San Miguel, El Camino de Mayo es la Victoria, El Sombrero de Junco, Cuentos y relatos Cortos.

Uno de los más famosos retratos de Ramón Amaya Amador.

Orgullo de Olanchito
Ramón Amaya Amador es oriundo de Olanchito, Yoro, al destacarse como literato abrió la puerta para que este municipio sea descrita como la “Ciudad Cívica de Honduras” con más de 150 escritores, periodistas, y redactores de libros didácticos.

El museo Ramón Amaya Amador es percibido como un oasis para los buenos lectores y apasionados de la literatura hondureña. Ramón es considerado un hijo predilecto de Olanchito, donde creció y vivió su juventud. Aquí comenzó su lucha que ahora es inmortal, y recordada por sus obras.

Calendario de actividades de la celebración del centenario de Ramón Amaya Amador.

Calendario de actividades de la celebración del centenario de Ramón Amaya Amador.