Aunque el viaje es largo, las tentaciones son muchas, llegar a Trujillo y vivir la experiencia de visitar la ciudad más antigua de Honduras, con 500 años de anécdotas, historia y tradición, un día, es muy poco tiempo para recorrerla, pero sí lo suficiente para quererla.

Trujillo, encierra la más completa oferta turística que Honduras puede ofrecer, desde culturas vivas como los Pech, y Garífunas, hasta un casco histórico que alberga casas de 200 años de antigüedad.

En Trujillo existen dos comunidades de Garífunas, que aún conservan sus costumbres y tradiciones ancestrales.

En Trujillo existen dos comunidades de Garífunas, que aún conservan sus costumbres y tradiciones ancestrales.

La belleza natural inexplorada de Trujillo le invita a ver desde las alturas de las montañas Capiro y Calentura, una verdadera maravilla, que se asemeja a una inmensa alfombra pintada en colores fuertes como el azul y verde.

El recorrido por esta bella ciudad caribeña lo llevará a conocer la imponente laguna de Guaimoreto, o visitar las más hermosas playas de la costa Norte, por mencionar algunas, Cristales y Campo del Mar.

Las playas y sus amaneceres y atardeceres, deslumbran a los visitantes.

Seguramente, sentirá timidez al hablar con sus pobladores, pero sin duda, ellos harán lo posible para atenderlos, es una ciudad con mucha historia, pero que recién despierta de su letargo turístico.

Si lo suyo es hacer turismo religioso, recuerde, que la iglesia católica de Trujillo, lo espera. Al frente del templo, se encuentra el parque central, una muestra significativa de la belleza colonial de la ciudad, adornada por cuatro estatuas femeninas, que están nombradas según las estaciones del año.

Trujillo nos transporta a una ciudad de calma, llena de riqueza cultural.

Trujillo nos transporta a una ciudad de calma, llena de riqueza cultural.

A unos pocos metros del parque central, se encuentra la fortaleza de Santa Bárbara, castillo construido en el siglo XV, donde el imponente paisaje es la excusa perfecta para tomarse una fotografía e inmortalizar su visita a Trujillo.

Por si fuera poco, Trujillo, alberga un cementerio antiguo, donde se puede ver la tumba del filibustero William Walker, un pirata estadounidense que fue fusilado y enterrado en esta ciudad. En el mismo cementerio, los pobladores, indican que una bruja llamada Milosh M, habría sido quemada, y que sus restos descansan en este lugar.

Los turistas extranjeros se van contentos de ver las atractivos de Trujillo.

De Trujillo nadie se puede ir, sin visitar las misteriosas Cuevas de Cuyamel, o de ir al Museo Rufino Galán. Una de las curiosidades modernas de esta ciudad, sin duda es la pista de aterrizaje, construida al aire libre, y en frente de la zona hotelera aledaña a las majestuosas playas públicas.

Según el Instituto Hondureño del Turismo, la bahía de Trujillo es de las profundas de Latinoamérica, y con los mejores atardeceres y amaneceres del Caribe.

Trujillo la de los 500 años de antigüedad, en la que sus calles empolvadas, guardan los pasos de Cristóbal Colón, y el principio de la historia de Honduras. ¡Conózcala!