A través de binoculares, telescopios y cámaras con lentes de largo alcance se descubre un paraíso colorido, que a pesar de ser fugaz es capaz de demostrar la riqueza natural que posee un país.

Se trata del aviturismo (observación de aves), una actividad que ha dejado de ser un pasatiempo y que poco a poco se convierte en un atractivo turístico que atrae a los hondureños y extranjeros.

Son más de 760 especies de aves en las que radica el atractivo que tiene Honduras para el aviturismo, entre ellos el colibrí esmeralda, una especie endémica de Honduras.

“La observación de aves en Honduras inicia por pura pasión, con esfuerzos propios nos hemos ido preparando hasta lograr que grupos de extranjeros vengan al país a disfrutar de esta maravillosa actividad”, expresa Alexander Alvarado, que desde hace más de 10 años se dedica a la observación de aves.

“Desde hace cuatro año iniciamos a realizar los tour de forma profesional, la mayor parte de turistas vienen de Inglaterra, Estados Unidos y Canadá”, agrega Alvarado, fundador de la organización Honduran Bird.

 

Las zonas más visitadas son el corredor del Litoral Atlántico y los bosques nublados del país que albergan una gran cantidad de especies de especial interés.

Los recorridos duran aproximadamente siete días y su costo es de aproximadamente unos 2,000 dólares.

 

Personalidades en el país

James Adams, de Pico Bonito Lodge, es otro de los impulsores del aviturismo que está logrando dar buenos resultados en este rubro, al invitar a Honduras a grandes personalidades dentro del mundo de la ornitología. Escritores, publicistas, artistas y presidentes de organizaciones de observadores de aves siguen llegando al país y dando impulso para que Honduras pueda convertirse en uno de los destinos más atractivos para el aviturismo.

Una de las visitas más resaltantes que ha tenido el país en los últimos años es la de Jeffrey Gordon, presidente de la American Birding Association, la organización más importante en el mundo que aglutina a observadores de aves.

Gordon estuvo en Honduras acompañado de su esposa Elizabeth Gordon, junto a un grupo de 14 observadores de aves liderados por Alexander Alvarado, uno de los guías más especializados de este rubro en Honduras.

Durante una estadía de 10 días en el país se logró observar más de 300 especies en diferentes hábitat como los bosques nublados de Santa Bárbara, bosque tropical lluvioso de Panacam, las humedales del Lago de Yojoa, Pico Bonito Lodge, Jardín Botánico Lancetilla y Cuero y Salado.

 

 

Tomado de Diario La Prensa