A finales del siglo XIX, un aventurero norteamericano llamado William Walker decidió conquistar parte de Centroamérica.

 

Organizó tropas y alianzas con políticos locales para formar un gobierno provisional en Nicaragua. Sus intentos duraron poco al ser vencido por las fuerzas hondureñas del general Xatruch en Trujillo.

 

Walker fue fusilado y sus restos descansan en su ahora famosa tumba, la cual se encuentra a unas cuadras del centro de la ciudad, en el cementerio. Por cierto, fue el general Xatruch, con su apellido, quien proporcionó el gentilicio coloquial que tienen ahora los hondureños:  »catrachos».