Por Dany Barrientos El felino más grande de América enfrenta su mayor reto: sobrevivir. Panthera, una organización a nivel internacional, lucha para evitar que este icono de los pueblos de América deje de rugir en las selvas neotropicales.

Los mayas creían que era el mediador entre el mundo de los vivos y los muertos. En la actualidad, lo pensamos como símbolo de fuerza /poder y hasta nombramos equipos deportivos y autos de lujo con su nombre: jaguar.  Pero el felino más grande de América es perseguido por su más grande predador: el hombre.  De acuerdo a estadísticas de Panthera, 18 mil jaguares fueron asesinados cada año entre 1960 y 1970 en Latinoamérica para utilizar su piel.

Esta organización sin fines de lucro esta diseminada alrededor del globo terráqueo. Su meta es lograr recabar más información sobre los grandes felinos (tigres, leones, chitas, etc) para preservar estas  especies. En Latinoamérica, la misión es salvar al jaguar creando un “corredor” para que las poblaciones de felinos se desplacen libremente.

El territorio del jaguar en Honduras abarcaba todo el país inclusive la  zona sur donde ahora esta extinto; en los últimos años se ha perdido el  40% de su hábitat natural. El jaguar se ha visto confinado a deambular por los parques nacionales que representan el 60% de territorio.  “Los parques nacionales funcionan como parches, reductos, donde el jaguar habita libremente en Honduras” dice Eduardo Zavala de PROLANSATE, una organización ecológica que administra los parques naturales de Tela.  El corredor permitirá que los parques dejen de ser puntos aislados al interconectarlos.

En países como El Salvador y Uruguay el jaguar fue exterminado.  En Honduras, esta institución está representado por el biólogo Franklin Castañeda. Castañeda está muy consciente de la magnitud del problema y el importante papel que juega Honduras; las poblaciones de Centroamérica utilizan el territorio hondureño para cruzar de un lado a otro del istmo. La iniciativa de establecer un paso seguro para la dispersión del jaguar, un corredor, es vital en América Central ya que las poblaciones aisladas están en mayor peligro de extinción. Este proyecto permitirá que un jaguar en dispersión pueda desplazarse exitosamente entre las áreas protegidas.

“Se han realizado muestreos con trampas-cámaras en áreas protegidas como los parques nacionales Jeannette Kawas y Pico Bonito, donde se han obtenido fotografías de varios individuos de esta especie” dice Castañeda. Panthera fue pionera en obtener foto capturas de jaguares en estos dos parques nacionales. Las fotografías representan una oportunidad para comprobar que este majestuoso felino aun sobrevive en estos lugares.

La labor es “titánica” porque el rango del corredor abarca desde el departamento de Copán a lo largo de la frontera con Guatemala hasta la Barra del Motagua en Cortés; y desde Motagua pasando por Yoro y Olancho hasta la región del Rio Plátano. A veces, buscar un jaguar puede ser como buscar una aguja en un pajar. Castañeda y su equipo de trabajo realizan patrullajes por las áreas protegidas para monitorear las poblaciones e instalar trampas- cámara. También imparten charlas para concientizar a los ganaderos y pobladores sobre la importancia del animal para el balance de los ecosistemas.

“Hasta hace poco se tenía escasa información sobre aspectos básicos como la distribución del jaguar en Honduras, abundancia de sus especies presa, conflictos entre felinos y ganaderos, etc. Panthera está generando información sólida y actualizada” continua Castañeda. Las alianzas del proyecto incluyen universidades como Oxford, UNAH, y El Zamorano que apoyan las investigaciones en suelo catracho.

La iniciativa del corredor va por buen camino; se ha completado ya el 50% del corredor de Honduras lo que asegura un mejor futuro para el gran gato manchado. Aunque aún hay camino por recorrer. “Es necesario trabajar con el político”, dice el representante de Panthera, “Lo estamos haciendo bien, y por ende el futuro del jaguar en Honduras es ahora más prometedor que antes”. “Más urgente es hacer cambios en la forma en que la gente piensa del jaguar”, nos dice Castañeda.

 

 

Por Dany Barrientos

Fotografías: Proyecto Panthera Honduras y Juan Carlos Carrasco