Por Arturo Sosa

El Parque Nacional Cusuco es una de las áreas protegidas más ricas en biodiversidad de Honduras. De acuerdo al estudio realizado en el año 2007 por la Universidad de Nottingham, Inglaterra, en el parque se han identificado 270 especies distintas de aves; 93 especies de reptiles y anfibios; 35 especies de murciélagos y una considerable cantidad de especies de mamíferos, entre los que sobresalen dantos, monos aulladores y posiblemente, jaguares. Una enorme riqueza a pesar de su pequeño tamaño.

Ubicado dentro de la Sierra del Merendón, la cual corre desde el extremo occidental del país hasta internarse en el mar de la Bahía de Omoa, el parque saltó a la fama a mediados de los años noventa con el descubrimiento de varias especies de escarabajos gemas por el Dr. Ronald Cave, de la Escuela Agrícola  Panamericana, El Zamorano. Las noticias dieron la vuelta al mundo, merced a las publicaciones de la revista National Geographic.  La portada dedicada por la publicación al importante hallazgo, atrajo la atención de los investigadores del mundo entero.

Sin embargo, ya desde hacía varias décadas atrás, herpetólogos como Larry Wilson y James McCranie habían colectado especies en Cusuco; sus descubrimientos de nuevas especies de reptiles y anfibios fueron la base de los nuevos exploradores.

Desde entonces, una pequeña ola de conservacionistas, aventureros, estudiantes, profesores, trotamundos, naturalistas, ermitaños, investigadores y fotógrafos, llegan cada año a la Sierra del Merendón en busca de las gemas del Cusuco;  un sitio verdaderamente aislado  del bullicioso mundo exterior. Aquí, el tráfico desaparece, los celulares se callan, las facturas nunca llegan y la vida se vuelve infinitamente básica; eternamente verde.

Desde el año 2003, Cusuco fue seleccionado como campo de investigación por Operación Wallacea, una de las más importantes organizaciones internacionales del mundo. Wallacea seespecializa en la investigación y conservación de la ecología de los bosques tropicales y arrecifes coralinos. Desde ese año, en combinación con la Universidad de Nottingham, Inglaterra, han estado realizando estudios sobre la biodiversidad del Parque Nacional Cusuco y los peligros que enfrenta esta rica área protegida ubicada a escasos cuarenta kilómetros de la ciudad de San Pedro Sula.

Cada año, en los meses de verano, más de un centenar de  estudiantes de secundaria en su mayoría ingleses, se unen a científicos de prestigiosas universidades del Reino Unido, Irlanda, Canadá, México, Bélgica y Honduras, para realizar investigaciones de campo en las montañas del Merendón. Durante varias semanas y aplicando una metodología más interactiva, los jóvenes participan y aprenden en las colectas de flora y fauna tropical, practican el español, desarrollan programas sociales con las comunidades locales e invierten tiempo y actitud, para comprender mejor la idiosincrasia hondureña.

El turismo científico es una de las nuevas facetas del turismo internacional. Países como el nuestro, escaso de lujosas infraestructuras turísticas, tiene una rica y apenas explorada naturaleza, que ofrecer. La llegada de Wallacea  no sólo aporta una cantidad considerable de dólares frescos (y limpios) a las comunidades, sino que además, incrementa geométricamente el conocimiento científico que podemos tener de nuestro propio país.  Y es que Wallacea comparte con la Universidad Nacional de Honduras, el Zoológico de Tegucigalpa y otras instituciones gubernamentales, los resultados de las investigaciones.

El Merendón es una sierra de extraordinarias características que lo convierten en un paraje único en el mundo. Bastarían sólo sus especies endémicas de escarabajos, ranas, salamandras y serpientes para volverlo invaluable. Pero además, tiene otra responsabilidad: ser el pulmón de Omoa y San Pedro Sula.


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